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Mantos
y Coronas de |
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Aunque la razón de
la existencia del Santuario radica en la tradición de la donación de
De brillantes y
coronas, Y de mantos muchos
más Está llena mi
Patrona, Que es
LOS MANTOS DE
Empezando por los
mantos, se plantean los primeros interrogantes: ¿Por qué y desde cuándo se
visten En cuanto al por
qué, podríamos explicarlo: si en la actualidad los devotos o los miembros de
una cofradía desean ornamentar con túnicas, altares, candeleros y carrozas
las imágenes de su devoción no podemos negar la existencia de tales
comportamientos en la religiosidad popular de hace cinco siglos. En lo referente a la
antigüedad de esta costumbre de enriquecer el entorno de
Me apoyo en los
siguientes documentos: - Protocolo del
notario D. Martín de - Protocolo de D.
Pablo de Gurrea, notario público y de la ciudad de Cesaraugusta del año 1577,
que hace una catalogación de 72 mantos de Ntra. Señora del Pilar. Con estos datos se
puede afirmar con toda certeza que en 1504 la imagen de
Estoy convencido de
que el inventor de la idea no fue D. Juan Benedic. Es más fácil asegurar que,
en sus años de estancia en el Santuario levantando las cargas de su
responsabilidad coral y de culto, observaba cómo estaba vestida la imagen, y
él, llevado de su amor a Por todo ello, según
mi criterio personal, los mantos decoran
En relación a su
número, es conocido el dicho “ QUÉ Y CÓMO SON LOS MANTOS Los mantos son
ofrendas; expresión de amor y devoción a
Su formato es de un
trapecio circular de unas dimensiones medias en la cuerda superior de 40
cms., y la de la inferior 140 cms; su altura entre arcos es de unos 80 cms.
Unas dimensiones muy apropiadas para que podamos contemplar en los mismos
verdaderas obras de arte; por los temas representados, o las técnicas
utilizadas para su confección. Los hay de tisú,
brocados, terciopelo, raso de seda, damasco, de piel, e incluso de papel.
Trabajados de acuerdo con el material de base y la capacidad de los donantes o
de los artistas a quienes se les encarga su realización; bordados a mano
o a máquina, elaborados a ganchillo o a bolillo, con aguja de tricotar o
pincel. Los hay enriquecidos con pedrería, auténtica o de fantasía, o
esmaltes. Pero, como expresaba anteriormente, si es importante el material y
la técnica utilizada en su confección, lo que da valor a los mismos es el
cúmulo de vivencias que provocan su determinación ofertorial. Llegados a este punto,
se plantea la pregunta: ¿quiénes son los donantes? Contemplando los
mantos vemos que los donaron personas o instituciones que abarcan todo el
abanico social, económico, cultural, político o religioso. Desde la persona
ciega que lo hace a ganchillo, necesitando de otra para su montaje, hasta la
persona que encarga la confección de un manto bordado en oro, sedas sin
preocuparse de su coste; desde las religiosas de clausura que lo bordan de
rodillas durante la recreación en los años 1936 – 1939, hasta las Cofradías o
Institutos religiosos; sin olvidar organismos pertenecientes a la cultura, la
industria, la milicia y la política. Respondiendo al
interés de muchas personas por el color, los hay de todos los colores y
matices. Y la norma para su colocación en
Finalmente, según datos
existentes en las Actas del Cabildo, ya en 1677, los mantos también han
tenido la misión de acompañar a los enfermos más graves de la capital. Mantos
sencillos, que después de haber vestido a
LAS
CORONAS DE En la actualidad son
diez las coronas que dispone
El profesor Cruz
Valdovinos, en su estudio sobre la joyería del Pilar en el libro El Pilar de
Zaragoza, afirma “También se datan en la segunda mitad del siglo XVI algunas
coronas de Siguiendo el estudio
de D. José Manuel Cruz Valdovinos, las podemos catalogar en coronas de la
época clásica de la joyería española, las correspondientes al periodo barroco
y las realizadas en los siglos XIX y siguientes. I.- Coronas de la
época clásica. Corona de
De esta época son
tres coronas del Niño (3’6 x 4’2 cm.; 2’3 x 3’5 cm, y 3 x 3’5 cm.). La
primera debe ser la más antigua : mediados del siglo XVI. La segunda de fines
del mismo siglo. Y la tercera, aunque su estructura dificulta su datación, puede ser
de la misma época. II.- Coronas de la
época barroca. Resumiendo el
trabajo del profesor D. José Manuel Cruz en este periodo reseña: Corona de
Corona de
También estimo que
hay que agregar la corona que más frecuentemente lleva puesta
III.- Coronas de los
siglos XIX y siguientes. En estos siglos ha
continuado aumentando el catálogo de las coronas ofrecidas a
Corona de oro con
esmeraldas y halo con plafones de cabezas de ángeles de plata y rosetones de
rosas. En un aro del reverso que ajusta los rayos lleva escrita la siguiente
dedicatoria: En prueba de su constante devoción a Nª. Sª. del Pilar en su
santo Templo de Zaragoza le consagran esta corona y otra para el Niño 1850.
D. Indalecio Latorre y de Pedro y Dª. María Ana Melgarejo Sánchez de Madrid
de Hay dos coronas de
oro enriquecidas con las joyas de la familia. Una de ellas donada por Dª.
Luisa Figueras de Velasco en 1955. Corona de brillantes
montados al aire; extraordinaria por su trabajo de joyería. La más reciente es
la ofrecida por las Damas de He dejado para el
final la corona que se ofreció a
Respondiendo al
anhelo de S.S. Pío X, que recomendaba la organización de devotas
peregrinaciones a los santuarios de María, para rendirle nuestro tributo de
amor en el misterio de su Purísima Concepción,
Fue tal la
respuesta, que los obispos se vieron en la necesidad de solicitar a
Con las ofrendas
recibidas, preferentemente objetos personales, los artistas plateros de
Madrid Sres. Ansorena confeccionaron las coronas de
Dada su brillantez
artística, trascribo la descripción de las mismas que hace el presbítero D.
Antonio Magaña Soria en su Crónica de
“Las coronas de
Su estilo en gótico
florido. El friso lo componen dos cintas de brillantes que sostienen entre sí
una caprichosa cenefa formada por ricas esmeraldas, zafiros y rubíes
entretejidos con finísimas perlas. La diadema que descansa sobre el friso
constituye un entrelazado curvilíneo que termina en ocho puntas formando
otros tantos círculos en su parte inferior que semejan floroncitos en donde
destacan admirablemente dispuestos rubíes y topacios adornados con perlas y
brillantes. La faja que dibuja el entrelazado es toda de brillantes y las
puntas sostienen perlas de gran tamaño. De la diadema arrancan cuatro
cimeras, que tienen la forma de S invertida poco pronunciada y están cuajadas
de perlas y brillantes. Estas cuatro cimeras se juntan formando cruz y en el
vértice de unión, descansa el globo que es un hermoso y magnífico solitario
donación de S. M. El nimbo que
circunda la corona de El resplandor que
sirve como fondo de la corona de
Fue trasportada a
Roma y bendecida en La solemnísima
ceremonia de En la relación de
joyas presentadas el 3 de abril de 1809 al mariscal Lannes hecha por el
Capellán de Un catálogo
manuscrito de finales del siglo XVIII, que se halla en
Tiene Nuestra Señora
cinco coronas…. La primera y más
preciosa, y la que, le ha regalado nuestro Ilustrísimo Prelado Don Juan Sáenz
de Buruaga Arzobispo de Zaragoza. Toda ella es de oro, y los Imperiales van
cubiertos de diamantes brillantes y finísimos rubíes todos brillantes. En la diadema que
ciñe los imperiales van figurados de preciosos brillantes doce atributos de
esta Emperatriz soberana, a saber:
Y a la parte
superior, y en medio de los atributos lleva un triángulo perfecto de
brillantes, y de su centro sale una palomita de cuerpo entero toda de
brillantes, tendidas las alas y con precipitado vuelo como que mira abajo. Remata esta corona
con doce rayos con doce estrellas de brillantes, que llevan en su centro doce
topacios preciosísimos, y a más uno del grueso de una bala en el centro de la
corona sobre todos los Imperiales puesto en un cerco de oro, llevando por
remate esta corona un pectoral de topacios correspondientes a los demás. Describe la segunda
corona: Otra corona que
mandó hacer a sus expensas el referido Arzobispo y se presentó después de su
muerte en el año 1780, es toda de oro, guarnecida de diamantes y rubíes todos
brillantes; remata en una cruz que tiene en su pie un círculo de oro, un
diamante tostado. Bibliografía: Alhajas de Ntra.
Madre y Señora María Stma. del Pilar Manuscrito 2512 (nº
39) Biblioteca del
Palacio Real Coronación Canónica
de Ntra. Sra. del Pilar de Zaragoza. Peregrinación Nacional a su Basílica
1905. El Pilar de Zaragoza Obra en
colaboración. Editada por Capítulo
correspondiente a Revista Los Sitios
de Zaragoza. Nº 9.- Mayo 2008 basilicadelpilar.es Cabildo Metropolitano de Zaragoza basilicadelpilar@gmail.com |
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D. José María
Bordetas Alonso, canónigo, que ejerce la función de Capellán de
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